lunes, 6 de julio de 2009
Mudanza
Nada es Gratis se traslada a su hogar definitivo. Para seguir leyéndonos visitad www.nadaesgratis.es Os esperamos.
viernes, 3 de julio de 2009
Desempleo USA vs Europa
Ayer por casualidad leí en el Wall Street Journal una entrada que me sorprendió. Era la evolución de la tasa de desempleo en USA. Una era la oficial, la otra era una serie alternativa creo que llamada U6 (del Bureau of Labor Statistics), que desconocía. El hecho es que dicha medida alternativa incluye como desempleados los "marginally attached workers", aunque no se muy bien como se mide esto.
El caso es que me sorprendió enormemente el parecido, tanto en niveles como en su tendencia en el último año, de esa medida ampliada de desempleo en USA con las cifras de desempleo a la española.
Ya digo, no se cómo se define la consideración de "marginally attached worker", pero una hipótesis que se me ocurre es que las instituciones del mercado laboral en España implican que estos trabajadores van directos al colectivo de desempleados.
El caso es que me sorprendió enormemente el parecido, tanto en niveles como en su tendencia en el último año, de esa medida ampliada de desempleo en USA con las cifras de desempleo a la española.
Ya digo, no se cómo se define la consideración de "marginally attached worker", pero una hipótesis que se me ocurre es que las instituciones del mercado laboral en España implican que estos trabajadores van directos al colectivo de desempleados.
jueves, 2 de julio de 2009
Políticas de empleo para aprender como es la economía
Un tal Pisani-Ferri escribe hoy en El País. Compara España y Alemania durante la crisis. No dice números, pero parece ser que en España el desempleo ha subido 8 puntos (aumento aditivo a la tasa de desempleo y nada o casi nada en Alemania. Simultáneamente la productividad ha
bajado en Alemania y no en España. Luego le echa la culpa a la regulación del mercado de trabajo. En España los que han perdido el empleo son o temporales o las empresas han quebrado; en Alemania la política es de subvencionar la reducción de jornada con hasta dos tercios del salario de tiempo completo y las empresas sólo pagan la alícuota del sueldo.
Dado el trabajo de Veracierto, a veces con coautores, y tal vez de algunos otros, podríamos modelar expresamente el mercado de trabajo con esas dos políticas. Lo interesante es que (creo que) el modelo estaría sobreidentificado, lo que quiere decir que aprenderíamos muchas cosas a la vez haciendo un trabajo sobre esto en serio. Podríamos acotar cuanto le vale un match a las empresas. Podríamos aprender sobre cuanto de asfixiadas están las empresas (esto descomponiendo la destrucción de empleo, entre el debido a la desaparición de la empresa y aquel en el que la empresa sobrevive). Lo más importante es que podríamos aprender si hay alguna diferencia fundamental entre España y Alemania aparte de las de política. Lo que este señor acepta como dado (que esencialmente las diferencias en el ajuste son de política), un economista competente y juicioso usando las técnicas más recientes podría usar para aprender
propiedades fundamentales del tejido productivo.
Se me ocurre además la relevancia adicional de un trabajo de Storesletten y Zilibotti (y sospecho pero no aseguro de Hassler y Sevi) que usan las diferencias de política para dar cuenta de
diferencias en inversiones en capital humano entre europeos (bastante acumulación de capital humano específico a un sector porque la larga duración del seguro de desempleo permite buscar sólo en ese sector) y américanos que por no tener seguro no invierten mucho. En este
contexto la prevalencia de los empleos temporales induciría a los españoles a invertir poco en capital humano. Si eso fuese así, que a lo mejor lo es, el experience profile (que alguien me traduzca esto porfa) en España sería mas plano que en Alemania.
En resumidas cuentas, que la crisis, aunque dolorosa, nos podría ayudar a aprender una cosa o dos sobre nuestra economía.
Cambiando de tema, parece que el gobierno ha decidio cerrar Garoña. Si bien parece que el asco a las nucleares es una buena parte del motivo, seguro que un análisis coste beneficio clásico nos daría a entender en cuanto valora el gobierno lo desgradable que son las nucleares. Para
ello habría que considerar sendas de precios de energías alternativas y demanda de consumo, pero esto debe ser sencillo, imagino. Lo interesante es que se puede usar el hecho de que habrá electricidad de fuentes nucleares producida en Francia que se puede comprar. Claramente, esto no nos diría mucho si la electricidad fuese barata de transportar, pero no lo es, y la distancia entre donde se produce y donde se usa aumenta el coste. Ese es lo que el gobierno
está dispuesto a que los españoles paguen a cambio de estar libres de nucleares.
¿Alguien se anima a mirar estas cosas en detalle?
bajado en Alemania y no en España. Luego le echa la culpa a la regulación del mercado de trabajo. En España los que han perdido el empleo son o temporales o las empresas han quebrado; en Alemania la política es de subvencionar la reducción de jornada con hasta dos tercios del salario de tiempo completo y las empresas sólo pagan la alícuota del sueldo.
Dado el trabajo de Veracierto, a veces con coautores, y tal vez de algunos otros, podríamos modelar expresamente el mercado de trabajo con esas dos políticas. Lo interesante es que (creo que) el modelo estaría sobreidentificado, lo que quiere decir que aprenderíamos muchas cosas a la vez haciendo un trabajo sobre esto en serio. Podríamos acotar cuanto le vale un match a las empresas. Podríamos aprender sobre cuanto de asfixiadas están las empresas (esto descomponiendo la destrucción de empleo, entre el debido a la desaparición de la empresa y aquel en el que la empresa sobrevive). Lo más importante es que podríamos aprender si hay alguna diferencia fundamental entre España y Alemania aparte de las de política. Lo que este señor acepta como dado (que esencialmente las diferencias en el ajuste son de política), un economista competente y juicioso usando las técnicas más recientes podría usar para aprender
propiedades fundamentales del tejido productivo.
Se me ocurre además la relevancia adicional de un trabajo de Storesletten y Zilibotti (y sospecho pero no aseguro de Hassler y Sevi) que usan las diferencias de política para dar cuenta de
diferencias en inversiones en capital humano entre europeos (bastante acumulación de capital humano específico a un sector porque la larga duración del seguro de desempleo permite buscar sólo en ese sector) y américanos que por no tener seguro no invierten mucho. En este
contexto la prevalencia de los empleos temporales induciría a los españoles a invertir poco en capital humano. Si eso fuese así, que a lo mejor lo es, el experience profile (que alguien me traduzca esto porfa) en España sería mas plano que en Alemania.
En resumidas cuentas, que la crisis, aunque dolorosa, nos podría ayudar a aprender una cosa o dos sobre nuestra economía.
Cambiando de tema, parece que el gobierno ha decidio cerrar Garoña. Si bien parece que el asco a las nucleares es una buena parte del motivo, seguro que un análisis coste beneficio clásico nos daría a entender en cuanto valora el gobierno lo desgradable que son las nucleares. Para
ello habría que considerar sendas de precios de energías alternativas y demanda de consumo, pero esto debe ser sencillo, imagino. Lo interesante es que se puede usar el hecho de que habrá electricidad de fuentes nucleares producida en Francia que se puede comprar. Claramente, esto no nos diría mucho si la electricidad fuese barata de transportar, pero no lo es, y la distancia entre donde se produce y donde se usa aumenta el coste. Ese es lo que el gobierno
está dispuesto a que los españoles paguen a cambio de estar libres de nucleares.
¿Alguien se anima a mirar estas cosas en detalle?
Dos Preguntas
En España los bancos y las cajas se reparten el mercado minorista de depósitos y créditos aproximadamente al cincuenta por ciento. Contando por lo alto en España hay 20 entidades bancarias si incluímos las sucursales de bancos extranjeros. Sorprendentemente el número de cajas es 45. Sin meternos en honduras: ¿cuántas sobran? Y si el que haya tantas no se debe a razones técnicas, ¿a qué se debe?
lunes, 29 de junio de 2009
Cuando las Barbas de tu Vecino Veas Pelar
Mañana marchó a la ciudad de la Sublime Puerta a la reunión de la SED, así que, para compensar que no podré colgar nada en varios días, he decido cumplir mi cuota con un gráfico que he preparado para un papel que estoy escribiendo.
El gráfico es el PIB per capita de España y Portugal a precios constantes desde 1993 normalizado a 100 en ese año. Vemos como ambos países crecen más o menos a la misma velocidad hasta el 2000 (ya algo remarcable porque Portugal, como nos esperaríamos en un simple modelo Neoclásico de crecimiento al ser un país más pobre, había crecido más que España por varias décadas), cuando Portugal se estanca y nosotros seguimos creciendo. Para el 2007 hay una diferencia de casi 15 puntos porcentuales: allí es nada. Sorprende más aún que la renta per capita en Portugal en 2009 está por debajo de la del 2000. Una década perdida. ¿Es Portugal algo que nos preocupe? ¿Por qué se han atascado? ¿Nos puede a nosotros pasar lo mismo?
El gráfico es el PIB per capita de España y Portugal a precios constantes desde 1993 normalizado a 100 en ese año. Vemos como ambos países crecen más o menos a la misma velocidad hasta el 2000 (ya algo remarcable porque Portugal, como nos esperaríamos en un simple modelo Neoclásico de crecimiento al ser un país más pobre, había crecido más que España por varias décadas), cuando Portugal se estanca y nosotros seguimos creciendo. Para el 2007 hay una diferencia de casi 15 puntos porcentuales: allí es nada. Sorprende más aún que la renta per capita en Portugal en 2009 está por debajo de la del 2000. Una década perdida. ¿Es Portugal algo que nos preocupe? ¿Por qué se han atascado? ¿Nos puede a nosotros pasar lo mismo?
Flores de Lemus o el Mandarín y la Llave del Cerrojo del Sepulcro del Cid
Este pasado fin de semana, por razones alambicadas que no hace falta repasar aquí, volví a leer mucho de lo que tenía en casa sobre Flores de Lemus.
El economista más influyente en España de la primera mitad del siglo pasado, su figura como máximo Mandarín del Ministerio de Hacienda de 1906 a 1934, le hizo dejar huella indeleble en como organizamos por décadas nuestra vida económica, sirviendo lo mejor que pudo a los gobiernos de la tardía restauración, a la dictadura de Primo y a la república, y generando amores (Maura y Calvo Sotelo) y desamores (Cambó y Azaña) en lo más concurrido de nuestra élite política. Su prestigio hizo también que fuera figura central para la generación que fundó la primera facultad de economía en España en los 40 y que marcó nuestra profesión de una manera que, nos guste o no, aún debemos de vivir con ella.
Ramón Carande, uno de los economistas profundamente influidos por Flores de Lemus, resumió mejor que lo que yo puedo hacer su figura: “Su personalidad complejísima reunía rasgos contradictorios…”
Por una parte Flores de Lemus siempre fue una luz en un panorama oscuro de una clase política profundamente ignorante de los principios básicos de la ciencia económica. Para ilustrar lo poco que nuestros políticos de la época entendían, siempre pongo el ejemplo de Marcelino Domingo, ministro de agricultura del 31 al 33 y quien, en medio de los debates en el Congreso sobre la tan manida reforma agraria y desbordado por lo que le preguntaba la oposición, tuvo que llamar en un aparte a Pascual Carrión, miembro de la Comisión Técnica que había elaborado el anteproyecto y preguntarle: “Don Pascual, ¿qué son los bienes comunales?”.
Por otra, Flores de Lemus nunca rompió con el nacionalismo económico y de la mitificación de la protección que Canovas había conseguido impregnar en nuestro subconsciente y siempre fue preso del esplendor del segundo imperio alemán, donde había pasado varios años estudiando (otro día hablaré de porque se entiende mucho mejor nuestra historia si nos damos cuenta que nuestros abuelos estudiaban Alemán en el bachillerato). Como ejemplos, dos citas. Una, en una carta a un médico amigo, Flores se declara “economista neomercantilista, imperialista, militarista a la prusiana,” vamos, todo un canto a Bismarck . La segunda, hablando a la Asamblea Nacional organizada por la caricatura de dictador al que se aferraba una restauración desmochada y de la que he sacado el título de este comentario: “Cuando yo, por mis funciones públicas, oigo a tanto Sancho, con la panza bien rellena de Arancel, repetir la frase de Costa –que era un idealista que vivía de milagro- de que hay que enterrar la llave del sepulcro del Cid, me podía reprimir difícilmente para no decirle: Pues si el Cid no fuera, ¿qué comerías tú?”
El final de la vida de Flores de Lemus refleja aún mejor estas contradicciones. Tras permanecer en Madrid en 1936, tiene que salir al poco tiempo para Francia por las amenazas de muerte (alguno recordaba que había colaborado con la dictadura). Vuelto a Madrid al acabar la guerra ya gravemente enfermo, se encuentra con la desagradable sorpresa de su destitución como catedrático y la apertura de diligencias por la nefanda Ley de Responsabilidades Políticas (alguno recordaba que había colaborado con la república), noticias que le llevaron a una triste muerte en 1941.
¿Qué saco de todo esto? Primero que los escribimos en este blog de política económica debemos recordar que toda nuestra labor tendrá claros y sombras y que algunas de las cosas que digamos serán repetidas en unos años con poco disimulado pero merecido tono crítico. Segundo, un cauto optimismo, pues si después de todo lo que nos vino encima en la primera mitad del siglo XX, salimos adelante, las dificultades presentes no han de ser más que una molestia pasajera.
El economista más influyente en España de la primera mitad del siglo pasado, su figura como máximo Mandarín del Ministerio de Hacienda de 1906 a 1934, le hizo dejar huella indeleble en como organizamos por décadas nuestra vida económica, sirviendo lo mejor que pudo a los gobiernos de la tardía restauración, a la dictadura de Primo y a la república, y generando amores (Maura y Calvo Sotelo) y desamores (Cambó y Azaña) en lo más concurrido de nuestra élite política. Su prestigio hizo también que fuera figura central para la generación que fundó la primera facultad de economía en España en los 40 y que marcó nuestra profesión de una manera que, nos guste o no, aún debemos de vivir con ella.
Ramón Carande, uno de los economistas profundamente influidos por Flores de Lemus, resumió mejor que lo que yo puedo hacer su figura: “Su personalidad complejísima reunía rasgos contradictorios…”
Por una parte Flores de Lemus siempre fue una luz en un panorama oscuro de una clase política profundamente ignorante de los principios básicos de la ciencia económica. Para ilustrar lo poco que nuestros políticos de la época entendían, siempre pongo el ejemplo de Marcelino Domingo, ministro de agricultura del 31 al 33 y quien, en medio de los debates en el Congreso sobre la tan manida reforma agraria y desbordado por lo que le preguntaba la oposición, tuvo que llamar en un aparte a Pascual Carrión, miembro de la Comisión Técnica que había elaborado el anteproyecto y preguntarle: “Don Pascual, ¿qué son los bienes comunales?”.
Por otra, Flores de Lemus nunca rompió con el nacionalismo económico y de la mitificación de la protección que Canovas había conseguido impregnar en nuestro subconsciente y siempre fue preso del esplendor del segundo imperio alemán, donde había pasado varios años estudiando (otro día hablaré de porque se entiende mucho mejor nuestra historia si nos damos cuenta que nuestros abuelos estudiaban Alemán en el bachillerato). Como ejemplos, dos citas. Una, en una carta a un médico amigo, Flores se declara “economista neomercantilista, imperialista, militarista a la prusiana,” vamos, todo un canto a Bismarck . La segunda, hablando a la Asamblea Nacional organizada por la caricatura de dictador al que se aferraba una restauración desmochada y de la que he sacado el título de este comentario: “Cuando yo, por mis funciones públicas, oigo a tanto Sancho, con la panza bien rellena de Arancel, repetir la frase de Costa –que era un idealista que vivía de milagro- de que hay que enterrar la llave del sepulcro del Cid, me podía reprimir difícilmente para no decirle: Pues si el Cid no fuera, ¿qué comerías tú?”
El final de la vida de Flores de Lemus refleja aún mejor estas contradicciones. Tras permanecer en Madrid en 1936, tiene que salir al poco tiempo para Francia por las amenazas de muerte (alguno recordaba que había colaborado con la dictadura). Vuelto a Madrid al acabar la guerra ya gravemente enfermo, se encuentra con la desagradable sorpresa de su destitución como catedrático y la apertura de diligencias por la nefanda Ley de Responsabilidades Políticas (alguno recordaba que había colaborado con la república), noticias que le llevaron a una triste muerte en 1941.
¿Qué saco de todo esto? Primero que los escribimos en este blog de política económica debemos recordar que toda nuestra labor tendrá claros y sombras y que algunas de las cosas que digamos serán repetidas en unos años con poco disimulado pero merecido tono crítico. Segundo, un cauto optimismo, pues si después de todo lo que nos vino encima en la primera mitad del siglo XX, salimos adelante, las dificultades presentes no han de ser más que una molestia pasajera.
viernes, 26 de junio de 2009
Habemus FROBem
Finalmente, fumata bianca en Moncloa: el consejo de ministros nos ha aprobado decreto ley sobre el FROB (el enlace aquí). Ahora 30 días del Congreso para ratificarlo (el famoso artículo 86 de la CE, la cantidad de tiempo que ha pasado desde lo de RUMASA y sin embargo parece ayer). Dejare que otros comenten más los detalles.
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